William Burroughs es, a día de hoy, uno de los personajes más auténticos y legendarios de la contracultura americana en el siglo XX. Narrador siempre al margen de lo convencional y lo políticamente correcto, activista de la provocación en vida y obra, disidente y anarquista fuera de asociaciones y partidos, homosexual declarado y drogadicto impenitente, se mantuvo ajeno a todas las modas y a los vanos intentos por encasillarle. Fue un renovador del lenguaje a la búsqueda de nuevas formas de expresión, sin dejar de lado su feroz crítica (teórica y práctica) a la hipocresía, el control social y el convencionalismo. Hizo también incursiones en la música experimental, el dibujo y el cine, y su biografía bien podría ser una más de sus alucinadas y delirantes novelas. Se le atribuye la invención del uso del cut-up sonoro aplicado a la narrativa, y también inventó la rutina, que es una fantasía satírica improvisada.
William nació en 1914 en St. Louis (Missouri) en el conservador y tradicionalista entorno de una acaudalada familia burguesa americana de principios de siglo. Su abuelo tenía una próspera empresa de calculadoras y el joven Burroughs pudo permitirse el lujo de estudiar en colegios y universidades privados y elitistas.
Ya desde niño mostró una destacable propensión a la lectura y al estudio. A la temprana edad de ocho años escribe Autobiografía de un Lobo y Carl Cranbury. En ambas resalta la búsqueda de paraísos lejanos y el exotismo como medio para canalizar el escape de unos rígidos valores familiares que el joven Burroughs sencillamente despreciaba. Tras la Gran Depresión del 29, el negocio de los Burroughs, como otros tantos miles de negocios, entraba en quiebra llevando a la familia al punto cero y a la empresa a ser devorada por IBM. No creo que este hecho fuera traumático para el joven William, que ya hacía intuir que sus derroteros no iban precisamente por el mundo de las calculadoras.
Con diez años sigue escribiendo y colaborando en algún periódico escolar y descubre una lectura que le acercará para siempre al mundo del hampa y la marginalidad, a partir de entonces ya siempre presente en su vida y obra, titulada No puedes ganar (autobiografía de un ladrón llamado Jack Black publicada en 1924).
Siendo un zagal de 15 años fue llevado a un exclusivo internado privado en México donde tuvo sus primeros contactos homosexuales y donde descubriría una de las pasiones de su vida: las armas. Estudió Literatura Inglesa y Antropología en Harvard, donde conoció al poeta T.S. Elliot, autor de La Tierra Baldía y en cierto modo precursor de su prosa poética. También cursó estudios de Medicina en Viena. En Alemania conoció a una joven judía con la que contrajo un matrimonio pactado a fin de salvarla de las garras de los nazis y conseguir para ella el visado estadounidense. Después deambuló por varios países europeos para retornar a su ciudad natal, donde encontró un empleo de redactor para un periódico local y a partir de 1938 se traslada a Chicago, donde trabaja como fumigador de insectos y aprende, por su cuenta y en profundidad, psicoanálisis, técnicas de hipnosis y parapsicología. Jung, Spengler, Nietzsche o Joyce , y autores clásicos como Paracelso o Zoroastro forman parte de sus lecturas en este periodo.
Durante su estancia de cinco años en Chicago se introduce en el fascinante mundillo de la delincuencia y se engancha a la morfina. En el 43 marcha a Nueva York donde conoce en persona a Herbert Huncke (escritor underground y heroinómano recalcitrante que influyó poderosamente en la venidera generación beat). También en este periodo conoce a Allen Ginsberg y Jack Kerouac, quienes quedarían sorprendidos por su erudición y sus maneras poco ortodoxas, y gracias a los cuales descubre a Hart Crane, William Yeats, Kafka o W. Blake, y también se inicia en la cultura oriental con el Tao Te King o el Libro Tibetano de las Muertos.
(photo, rodrigo llopis)
Su defensa de la posesión de armas (que debido a caprichos del destino del destino acabaría por echarse en su contra) también contribuyó a la visión generalizada de nuestro hombre como un descarriado, un ácrata y lo que es peor, un verdadero peligro social:
"Después de un alboroto en el que aparecen armas, siempre se quiere restringir el uso de las mismas a la gente que no ha tenido nada que ver con él. Me niego a vivir en una sociedad en la cual las únicas personas a las que se les permite la posesión de armas sean la policía y los militares" , declaraba en una ocasión siendo preguntado acerca de su peligrosa afición a las armas de fuego.
En 1945 se casa con una tal Joan pese a su declarada homosexualidad, y compran una granja en Texas. Tras dos años allí se trasladan a Nueva Orleans, donde se ve acosado por una policía antinarcóticos que no daba cuartel, y menos a drogotas, maricas y otras gentes "de mal vivir" y en el 49 huye de nuevo a México, donde edita sus dos primeras y más accesibles novelas. Yonki [Junkie, 1943] fue publicada en EE.UU. gracias a la inestimable colaboración de Ginsberg, que hizo todo lo posible para que el purista mercado editorial de esa época diera el visto bueno. Finalmente se editó en formato pulp y bajo el pseudónimo de William Lee en la editorial Ace Books, que obligó a Burroughs a incluir una introducción moralizante en un intento de los editores para cubrirse las espaldas frente a una polémica que ya venía servida de antemano. También de 1945 es una obra no publicada en colaboración con Kerouac años antes de que triunfara Yonki o En el Camino y titulada And the Hippos Were Boiled in their Tanks, que pretendía ser una novela de misterio, pero que finalmente no se decidieron a publicar
Su segunda novela Marica [Queer] no fue publicada hasta 1985, y quizás sea su novela más sentimental. Describe sus primeras relaciones amorosas durante su estancia en México y Panamá. Su contenido es básicamente autobiográfico, con relaciones homosexuales insanas y una búsqueda permanente del placer.
Estas dos primeras novelas destacan por su concisión y su linealidad, rasgos que paulatinamente irá dejando a un lado en su búsqueda de la experimentación y la narración alternativa. En Yonki narra en primera persona las vicisitudes y miserias de un drogadicto y pronto pasó a convertirse en una joya del subgénero. En estos años hay en Estados Unidos un auge prohibicionista en relación con estupefacientes varios sin precedentes que marca un antes y un después en los estereotipos del consumidor, que pasa así de ser un personaje con un aura romántica y asociado a las clases pudientes a ser un apestado y un marginal. El mismo Burroughs, que comenzó a tomar morfina y opiáceos con receta durante la 2ª Guerra Mundial para acabar tirando de heroína adulterada en el mercado negro a un precio mucho más elevado refleja bien el cambio que supuso la aplicación de estas medidas. A esta novela se le atribuye la popularización del término Yonki en EE.UU. a mediados de siglo. Numerosos estudiosos han destacado este libro como el punto de inflexión que marcó el antes y el después en la concepción social del drogadicto, dejando atrás la visión romántica de éste del siglo XIX cuyo ocaso quedará reflejado en la novela Diary of a Drug Fiend del nigromante británico Aleister Crowley.
"Cuando una persona se engancha todo lo demás carece de importancia. La vida queda enfocada hacia la droga, un pico y a esperar el siguiente, todo está lleno de material y recetas, agujas y cuentagotas. A veces el adicto cree que lleva una vida normal y que la droga es algo accidental. No se da cuenta de que las actividades que no tienen que ver con la droga las realiza como un autómata. Hasta que su fuente de suministro no se corta, no se da cuenta de lo que la droga significa para él". [Yonki, 1943]
Durante esta estancia en México ocurre un accidente que dará un nuevo vuelco a su vida. Una noche de borrachera con varios amigos no se les ocurrió mejor idea que jugar a Guillermo Tell con su mujer como conejillo de indias, intentando atinar en una manzana situada sobre su cabeza, errando el disparo de su revolver y acabando trágicamente con su vida. Tras la irreparable pérdida de su mujer cae en una profunda crisis y los constantes sentimientos de culpa que le atormentan noche y día y una acusación contra su persona de homicidio involuntario le llevan a reiniciar sus viajes atropelladamente, siempre a la búsqueda de nuevas sensaciones, experiencias y nuevos estados mentales, y de Panamá pasará a Perú, Ecuador y Colombia en busca de ayahuasca, un potente enteógeno de origen vegetal utilizado en rituales chamánicos por algunas tribus amazónicas, en parte atraído por las propiedades telepáticas que algunos antropólogos y expedicionarios le atribuían. En este periodo mantiene correspondencia con Ginsberg posteriormente publicada con el nombre de Las Cartas del Yagé en 1963.
En 1953 regresa a New York para asistir como padrino a la fundación de la Beat Generation de la que, por otra parte, jamás se sintió formar parte más allá de su amistad con algunos de sus miembros. Al cabo de un año se traslada a Tánger con el fin de eludir problemas pendientes con la justicia en Norteamérica, residiendo en la ciudad marroquí hasta el 58, entregándose al consumo de heroína y cayendo en una de los más dramáticos y también creativos momentos de su existencia. En esta fase de su vida llena de tormentos y alucinaciones, da a luz su más polémica y aplaudida novela: El Almuerzo Desnudo [The Naked Lunch, 1959].
Tras varios intentos de rehabilitación se somete al novedoso tratamiento de apomorfina de un tal doctor John Dent en Londres, que le ayuda a dar esquinazo a las drogas y retomar su s aficiones artísticas. Este proceso aparece plasmado en algunos inconexos párrafos de la novela que se encontraba casi terminada en 1957, y que fue finalmente mecanografiada por Jack Kerouac en una de sus visitas a Tánger.
En 1958 Burroughs se desplaza a Paris y un año después el artista plástico Brion Gysin le comentó a Burroughs que "la literatura estaba cincuenta años atrasada con respecto a la pintura", sugiriéndole que podía utilizar métodos de collage con la escritura. Tras esta conversación ambos hicieron experimentos con montajes de texto e imágenes, superponiendo, por ejemplo, discursos presidenciales con fragmentos leídos de clásicos como Shakespeare o Rimbaud. De estas colaboraciones surge el texto Minutes to Go, donde intercala artículos periodísticos en secciones para realojarlos al azar. Burroughs ya había utilizado (sin saberlo) esta técnica del cut-up en El Almuerzo Desnudo, pero a partir de entonces desarrollaría la idea con mayor profundidad.
El Almuerzo Desnudo pasó por numerosas vicisitudes legales antes de ver la luz en Paris en 1959 gracias a la editorial Olimpia Press que estaba especializada en la edición de ciertos libros "incómodos" para el resto de editoriales, y supuso todo un escándalo al otro lado del charco por su temática y su técnica, polémica por otra parte ajena a su protagonista, que se encontraba a buen recaudo en la capital francesa, alojado en el llamado Hotel Beat, famoso por haber sido albergue de artistas de vanguardia de la época. Mientras, en ciudades como Boston se censuró su publicación, prohibición que se levantó tras un juicio celebrado entre 1965 y 1966 que supuso el fin de la censura en EE.UU.
El Almuerzo Desnudo comienza con un prólogo donde el autor reflexiona sobre el uso, el abuso, la abstinencia y los efectos secundarios individuales y también sociales de los opiáceos y otras drogas. Es un mini-tratado sobre los estupefacientes que parece vaya a ser una continuación de Yonki, impresión que se va disipando con la lectura de los primeros párrafos de la novela.
"La droga es el producto ideal... la mercancía definitiva. No hace falta literatura para vender. El cliente se arrastrará por una alcantarilla para suplicar que le vendan... El comerciante de droga no vende su producto al consumidor, vende el consumidor a su producto. No mejora ni simplifica su mercancía. Degrada y simplifica al cliente" [El Almuerzo Desnudo, 1959]
Tras el prólogo, la novela se desarrolla en un universo onírico y obsesivo donde la alucinación se entrecruza constantemente con la realidad y donde, al igual que en los sueños, el tiempo y espacio se ven constantemente alterados y quebrada su linealidad. La lucha entre el poder y los desheredados se expresa de forma metafórica a través de una sucesión constante de paranoias y visiones llenas de plasticidad e inconexión. Así la no-historia de la ficción narrativa se corresponde a la no-historia de la vida de su autor en estos turbulentos años de huidas y psicotrópicos. Muchos párrafos de la novela son micro-ensayos teóricos que se juntan con trazos novelescos dando como resultado una especie de poesía en prosa imposible de leer si buscamos un desarrollo, un nudo y un desenlace que no vamos a encontrar, y una historia que no existe más allá de las distorsionadas percepciones de su(s) protagonista(s).
La obra es un descenso a los infiernos de la droga, pero también una sarcástica y horrorizada denuncia de la sociedad en un mundo carente de futuro y esperanzas. Burroughs dispara para atinar una vez más contra la religión, el ejército, la justicia corrupta, la psiquiatría o la burocracia que todo lo impregna, como un pistolero cuya misión fuera hacer tambalear los sacrosantos pilares de una sociedad conformista y alienada hasta el extremo.
"Siento que la pasma se me echa encima, los siento tomar posiciones ahí fuera, organizar a sus soplones del demonio, canturreando en torno a la cuchara y el cuentagotas que tiré en la estación de Washington Square" [El Almuerzo Desnudo, 1959]
En una declaración acerca del estilo caótico de una novela no apta para la gran masas, argumentaba: "No pretendo imponer relato, argumento, continuidad… En la medida en que consigo un registro directo de ciertas áreas del proceso psíquico, quizá desempeñe una función concreta… no pretendo entretener".
"Se lanza desde el faro apagado, tirando besos y meneándosela ante el espejo negro, y se desliza oblicuamente entre condones crípticos y un mosaico de miles de periódicos a traves de una ciudad sumergida de ladrillo rojo hasta asentarse en el barro negro, entre latas vacías y botellas de cerveza, gángsters en hormigón, pistolas aplastadas e irreconocibles para evitar la revista de inspección de los quiosquillos expertos en balística. Espera el lento strip-tease de la erosión en sus carnes fósiles". [El Almuerzo Desnudo, 1959]
En 1960 vuelve a Londres con huidas esporádicas a Paris y Tánger y en 1965 vuelve a la ciudad de los rascacielos, donde se aloja una temporada en el famoso Hotel Chelsea, refugio por el que se dejaban ver artistas como Andy Warhol, Lou Reed o Basquiat entre otros, que dio título a un album de Nico, colaboradora habitual de la Velvet Underground.
Tras su más famosa obra radicaliza su uso del lenguaje ("el lenguaje es un virus que viene de otro planeta") y sus métodos compositivos haciendo uso de técnicas herederas de la escritura automática de los surrealistas (como el método ideado por Tristan Tzara de ir sacando fragmentos al azar de un sombrero para después montarlos por orden de salida) aplicado al corta-pega y al ensamblado de párrafos e intercalando un componente ideológico ausente en sus novelas previas. Las referencias al poder y al control social, y el concepto de INTERZONA de un mundo globalizado donde "hablar es mentir y vivir es colaborar" aparecen con fuerza en su trilogía cibernética formada por La Máquina Blanda [The Soft Machine, 1961], El Ticket que Explotó [The Ticket that Exploded, 1962] y Expreso Nova [Nova Express, 1964]. En el Universo Nova la policía y el Estado no dan un respiro a un ciudadano que asiste al control y represión de cualquier instinto primario y a un aplastamiento de las libertades individuales.
"Que se oigan en todas partes mis últimas palabras. Que se oigan en todos los mundos mis últimas palabras. Oigan todos ustedes, sindicatos y gobiernos de la tierra. Y ustedes autoridades que apañan negociados inmundos concertados vaya uno a saber en qué letrinas para apoderarse de lo que no es de ustedes. Para vender el suelo bajo los pies de los que no nacerán (…) ¿Tiempo para qué? ¿Para más mentiras? ¿Prematuro? ¿Prematuro para qué? Digo a todos que estas palabras no son prematuras. Estas palabras pueden ser demasiado tardías. Faltan minutos. Minutos para el objetivo enemigo (…) Mentirosos cobardes colaboracionistas traidores. Mentirosos que quieren más tiempo para más mentiras (…) Para eso han vendido ustedes a sus hijos. Han vendido el suelo bajo los pies de los que nunca nacerán (…) Reúnan el estado de las noticias (…) ¿Quién les quitó lo que es de ustedes? ¿Lo devolverán todo ahora? ¿Alguna vez han dado algo a cambio de nada?" [Expreso Nova, 1964]
El cut-up consistía en la grabación al azar de material aparentemente inconexo, del que luego iba extrayendo frases que mecanografiaba mientras iba escuchando la cinta. El segundo paso (fold-in) consistía en componer un texto doblando una de las páginas ya mecanografiadas e instalando la mitad en otra página con la intención de "alterar y expandir estados de conciencia en uno mismo y también en los lectores".
Decía que "las palabras están vivas como animales, no les gusta que las enjaulen. Corten las páginas y dejen las palabras en libertad". Uno de los primeras críticas constructivas que tuvo Burroughs fue la de Anthony Burgess, autor del ya clásico La Naranja Mecánica [The Clockwork Orange, 1962]: "Si algún escritor hay que pueda reanimar una forma agotada y mostrarnos lo que todavía es posible hacer con una lengua que Joyce pareció exprimir hasta dejarla seca, ése es William Burroughs". Por su parte, Burroughs siempre se declaró admirador de la emblemática obra de Burgess.
También en la década de los 60 publica multitud de artículos y relatos en distintas publicaciones relacionadas con la contracultura, unos cuantos poemas, colaboraciones con beatniks como Gregory Corso y algún montaje teatral.
En una entrevista concedida a Eric Mottran para la BBC en 1964, alegaba a propósito de la prohibición de sus libros: "El virus del poder se manifiesta a sí mismo de muchas maneras. En la construcción de armas nucleares, en prácticamente todos los sistemas existentes que procuran anular la libertad interior, controlarla. Se manifiesta en la extrema sordidez de la vida diaria en los países occidentales. Se manifiesta en la fealdad y la vulgaridad que vemos en las personas y en las enfermedades causadas por el virus. Por otro lado, los que resisten están en todas partes, pertenecen a cualquier raza o nación. El que resiste puede ser definido simplemente como un individuo que tiene conciencia del enemigo, de sus métodos operativos, y que está empeñado activamente en combatir a ese enemigo". Debido a su atípico modo de vida y a sus sutiles declaraciones a medios de comunicación, Bush hijo le incluiría en la lista de terroristas más buscados.
Los temas relacionados con la parapsicología como la hipnosis, el esoterismo y otras ciencias ocultas también formaban parte de las aficiones de Burroughs, así como el azar, lo premonitorio y la casualidad. Tenía obsesión por el número 23 debido, dicen, a una conversación con un tal capitán Clark de un ferry en el que hacía una travesía, en la que éste le comentaba que llevaba 23 años haciendo el mismo recorrido a bordo de esa embarcación y que nunca había tenido ningún accidente marítimo. Esa misma noche el barco se hundió falleciendo todos los tripulantes, incluido el capitán. Esa misma noche escuchó en la radio que un avión que volaba de Nueva York a Miami se estrelló sin dejar supervivientes. El comandante de dicho avión también se llamaba Clark y el número de vuelo era… ¡¡¡el 23!!! Desde entonces este número se convirtió en su número maldito y en todas sus posteriores novelas aparece un personaje llamado capitán Clark y alusiones al número 23
A principios de los 70, tras sus recurrentes fracasos editoriales, Burroughs cae en una crisis creativa en Londres. No obstante, durante este periodo realiza el guión cinematográfico Las Últimas Palabras de Dulch Schulz [The Last Words of Dulch Schulz, 1970], donde recoge las últimas declaraciones del gangster Schulz antes de ser ajusticiado, y las novelas Los Muchachos Salvajes: El libro de los Muertos [The Wild Boys: a Book of the Dead, 1971] y Puerto de los Santos [Port of Saints, 1973], y también varios relatos, continuando con una mala racha en lo comercial, y por supuesto con la fama de enfant terrible y delincuente de la literatura moderna que le acompañará hasta el fin de sus días.
"Tres pirámides se acercan... la niebla se levanta. En la lechosa luz del amanecer Audrey ve que el rubor se extiende por el cuerpo del muchacho convirtiendo la piel en un verdugón rojo e hinchado. Lubricante perlado surge de la cabeza del falo gigante y corre por los costados. El chico se retuerce contra el tallo, acariciando la enorme cabeza pulsátil con ambas manos. Se oye un sonido ahogado y leve, un gemido de lujuria vegetal que se abre paso desde unas raíces tumescentes cuando la planta eyacula en el aire a tres metros de distancia. Los portadores corren a su alrededor, recogiendo los coágulos en botes de piedra"
[Los Muchachos Salvajes, 1971]
A mediados de la década impartirá seminarios en universidades a ambos lados del Atlántico gracias una vez más al apoyo que siempre le brindó Ginsberg, con quien, según parece tuvo algo más que una amistad. Ya en EE.UU. continúa escribiendo obras menores como La Tercera Mente [The Third Mind, 1978] junto a Brion Gysin o Doctor Benway (1979), personaje que ya aparece mencionado con profusión en El Almuerzo Desnudo. También editó en colaboración con John Giorno el disco Nothing Here Now But the Recordings (1975) muestrario de collages sonoros con spoken word y grabaciones loopeadas.
A los 63 años de edad nuestro amigo recayó en las drogas tras 18 años de abstinencia. James Grauerhotlz, editor y prologuista de los diarios, describía así su rutina diaria desde entonces hasta prácticamente su muerte: Vivía en una cabaña de dos ambientes en Lawrence (Kansas), con rosales en el porche y una etiqueta en la puerta que informaba de la presencia de gatos en el interior que debían ser salvados en caso de emergencia. Comenzaba la mañana con una inyección de metadona y un buen desayuno. Después de mediodía practicaba tiro al blanco con pistola y cuchillo. A partir del mediodía echaba unos tragos y después trabajaba en sus diarios hasta la hora de la cena, que acostumbraba hacer en compañía de amigos. Se acostaba a las 9 de la noche, no sin antes hacer una ronda alrededor de la cabaña con la pistola enfundada.
En los 80 publica una trilogía espacial formada por Ciudades de la Noche Roja [Cities of the Red Night, 1981], El Lugar de los Caminos Muertos [The Place of Dead Roads, 1984] y Las Tierras de Occidente [The Western Lands, 1987] donde se fusionan estilos varios que van del western cibernético al surrealismo o la ciencia ficción más ensayística, y retoma métodos narrativos menos experimentales. En 1981 edita otro experimento sonoro titulado You..re the guy I want to share my Money with. Otra incursión en el mundo del audio y el spoken word fue The Revised Boy Scout Manual donde Burroughs, en tres cassettes, da una serie de premisas sobre cómo derrocar un gobierno.
En una biografía publicada en 1982 llamada Forajido Literario [Literary Outlaw] formula la declaración de que fue el asesinato de su esposa lo que le convirtió en un escritor serio: "Me ví forzado a extraer la espantosa conclusión de que nunca me habría convertido en escritor de no ser por la muerte de Joan, y a comprender la magnitud hasta la cual tal evento ha motivado y formulado mis escritos. Vivo con la constante amenaza de la posesión, y una constante necesidad de escapar de la posesión, del Control. Entonces la muerte de Joan me puso en contacto con el invasor, el Espíritu Feo, y me llevó a una vida de lucha en la que no tuve otra elección que abrirme camino escribiendo".
Desde finales de los 80 hasta su muerte en Kansas en 1997, Burroughs publicó numerosas novelas, pero también dedicó tiempo a la pintura, la música y el cine, convirtiéndose por entonces en algo así como un icono tanto del pop como del punk. Colaboró en varias películas, como en la genial Drugstore Cowboy (1989) de Gus Vas Sant, donde hace un corto pero significativo papel de párroco yonki, y en multitud de grabaciones de, entre otros, David Bowie, Frank Zappa, con quien grabó un disco llamado The Talking Asshole (El Ano Parlanchín), New Order, Ministry o The Jesús and Mary Chain.
David Kronemberg llevó a la gran pantalla El Almuerzo Desnudo en 1991, intercalando elementos biográficos del autor (como su trabajo de fumigador o la muerte de su esposa, entre otros) y dando algo más de cohesión con ello al reto que puede suponer llevar una novela de esas características al cine. Comentaba en cierta ocasión el director que una adaptación literal de la novela "duraría cuatro horas, costaría 90 millones de dólares y sería prohibida en cada país de la tierra".
En 1990 salió Dead City Radio, una colección de lecturas con fondo musical de Sonic Youth, John Cale y la Orquesta Sinfónica de la NBC. También escribió la ópera gótica The Black Rider con Tom Waits, y en 1995, viendo ya cerca el túnel, nuestro hombre publicó un libro de memorias titulado Mi Educación: un Libro de Sueños.
Es uno de los figurantes del collage de la famosa portada del Sargent Pepper de los Beatles y una de sus obras inspiró el nombre de Soft Machine (banda de jazz y psicodelia formada por Kevin Ayers y Robert Wyatt). El sello belga Sub Rosa ha editado varios recopilatorios de homenaje a su persona por parte de grupos y artistas experimentales y el sello Industrial Records reeditó Nothing Here Now but the Recordings. También hizo colaboraciones con el artista y cineasta francés Jean Cocteau. Cuadros suyos fueron portadas de Sonic Youth, incluso su imagen fue requerida para el spot de una importante marca de deportivas, en vanos intentos de transformar una estampa maldita de la literatura contemporánea en un vulgar icono mediático al servicio del capital.
"el paranoide es una persona que sabe lo que ocurre"
pulga ácrata [Madrid, 14 de Agosto de 2oo8]
links
http://www.youtube.com/watch?v=jvtPYHUvh_Y
http://www.youtube.com/watch?v=Z7_MYrVzU-Y&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=Oc3bp7s0378&feature=related
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